1/3/08

Una mujer ante el espejo


Veo una mujer desnuda ante el espejo para encontrarse a sí misma.

Es una mujer cuyos cabellos oscuros y brillantes como el azabache caen sobre su frente, realzando sus ojos vivos y profundos, que sonríen a la vida que tanto ama.

Me llaman la atención sus manos, alargadas, sensuales, con movimientos sensibles y delicados. Parecen alas que quieren levantar el vuelo y llevarla a recorrer todo el camino de su vida.

En el camino, está su niñez llena de juegos, inseguridades, ilusiones, miedos y alegrías. La juventud que le tocó vivir, estuvo influida por un momento de grandes cambios políticos. Ella fue luchadora de altas miras para que hubiese más justicia y paz. También amó, trabajó, sufrió y soñó. Y ahora, en su madurez, sigue viviendo momentos interesantes, enriquecida por su propia experiencia.

Ese ser maduro piensa que todavía le queda mucho camino por recorrer. Aunque en su cuerpo se refleje el paso de los años, ha descubierto cómo puede expresar su belleza interior y exterior. Y es, si ama, goza, sufre, siente y disfruta cada minuto. Es decir, si siente la vida en el amanecer de cada día.

Muy despacio, se pone su ropa y sigue el camino que comenzó.

Maribel Ramos

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